Autor: Danielle Steel
Editorial: Plaza Janés, Penguin Random House
Año: 2016
Páginas: 335
Traducción: Sheila Espinosa Arribas
Sinopsis: Francesca Thayer es copropietaria de una galería de arte y de una casa antigua en el Village neoyorquino. Ambos proyectos los inició con Todd, su pareja durante años. Ahora que la relación ha terminado, Francesca deberá decidir si lo vende todo o hace frente a los pagos ella sola. Finalmente su padre la ayudará a sacar adelante la galería, pero para mantener la casa, tendrá que alquilar tres de sus habitaciones.
Entre los inquilinos se creará un ambiente familiar y hogareño que los unirá cada vez más. Y Francesca, entre tanto, se dará cuenta de que en contra de lo que ella creía, su corazón sigue latiendo con más fuerza que antes, en el momento más insospechado y por la persona que menos se espera.
"Por primera vez desde hacía meses, se depiló las piernas sentada en el borde de la bañera. Todavía no sabía si llevaría vestido o no, pero aun así era un gesto cargado de simbolismo. «Bienvenida otra vez al mundo», dijo en voz alta, y luego se echó a reír."A ver, intentaré no botar tanto veneno en esta reseña, a pesar de que lo merece, y ya explicaré por qué.
Compré esta novela seducida por su portada, la cual es la misma que aquí muestro. El libro tenía una presentación preciosa, tapa dura, buenas dimensiones, y el precio, a pesar de ser un poco elevado, se vio reducido por una promoción. Leí la reseña, me sonó bastante bien para ser un libro ligero, de lectura rápida; un aire fresco. Todo pintaba que sería una excelente lectura, pero no, no fue así.
Empecemos por la protagonista. Está... bien, supongo. Francesca es una mujer aburrida, sin mucho que resaltar, que a mi modo de ver, está lejos de evidenciar el verdadero amor por el arte. Pero bueno, dejemos eso de lado. La chica esta, digo, mujer, tiene un drama emocional que ni ella misma entiende, así que se concentra solo en el problema monetario que amenaza con dejarla viviendo en la calle. Entonces se le ocurre la mejor de las ideas: arrendar todas las habitaciones vacías de su casa. Digamos que, milagrosamente, da con tres excelentes inquilinos. Una chica loca adicta a las citas por Internet, pero, en medio de todo, muy buena y correcta. Un hombre sexy y misterioso, decente hasta con las cucarachas. Y la flor del pastel, una sesentona, cocinera de profesión, que les hace la comida todos los días sin cobrar nada. Los cuatro se vuelven una familia, eso me gusta, pero... a ver, un segundo y me contengo, o se me va a escapar el veneno que le quiero dedicar a la señora Steel.
Para explicar mejor mi veneno, me voy a centrar en un personaje en especial: la loca de las citas. El libro ya me venía aburriendo porque de prosa, poco y nada; era más una narración plana y sencilla; pero lo soportaba. Hasta que, un día, la loca esta, llega con su nuevo novio a la casa. Y adivinen. El tipo tenía tatuados hasta los dedos de los pies. Verán, yo soy una persona tatuada, y si bien no tengo tantos (solo 3), planeo hacerme más. Por lo que, cuando apareció este hombre, esperé que rompieran los estereotipos de «chico con tatuajes, chico abusivo, desecho de la sociedad». No puedo explicar la decepción que sentí al leer cómo terminó esta relación. Una vez más, los prejuicios pudieron más, y, por supuesto, el chico no pudo ser más basura porque imposible. O eso creí, hasta que la demente esta, apareció con otro de sus novios de Internet. Esta chica tiene una necesidad enfermiza de sentirse amada, de no estar sola. Con eso ya deberían entender todo. Entonces la demente entra a la casa y presenta a su nuevo novio, peor de tatuado que el anterior, y adivinen; sí, peor de basura. Esto ya no lo pude dejar pasar. A ver, se nota a leguas que esta señora con perlas en el cuello, creció con una imagen bastante errada, y destila el odio de manera equivocada hacia las personas que decidimos guardar recuerdos en nuestra piel, tal vez, de manera infundada (pues sí, no sé si le pasó algo malo con alguien tatuado), pero eso sí, bastante injusta. No veo la necesidad de seguir creando este tipo de odio en las masas, esa imagen malvada hacia los que deciden ser diferentes, de encasillar a todos en una jaula llena de lo mismo, por los errores de unos pocos. En la cárcel hay de todo, no solo gente tatuada. Ya estaba lo suficientemente furiosa con esto, pero con el final de la historia de esta pobre chica, definitivamente, enloquecí. Quise dejar el libro a un lado, no terminarlo, pero me esforcé en hacerlo, pues siento que me da un infarto cada que dejo algo sin terminar.
En el final me encontré con cliché como para lanzar al aire, cursilería barata, y un final feliz digno de una novela mexicana. Entonces me vi incapaz de contener la pregunta que me nació cuando iba por la mitad del libro: ¿por qué llaman a esta señora la reina de la novela romántica? De verdad, no lo entiendo, o no con esta novela, porque fue un poco de lo mismo, mas prejuicios, mas un montón de drama exagerado. No me gustó ni poquito la novela, pero, eso sí, he de reconocer que habrá personas que la disfrutarán hasta su punto final. Y por eso, antes de dar mi puntuación, dejo claro que a muchos puede gustarles, y que no es malo que le den una oportunidad. Yo cumplo con dejar mi opinión sincera y honesta, esperando que sirva de algo. Yo odie la novela, sobretodo por los prejuicios mencionados anteriormente y por el cliché barato, pero sé que algunos les gustará tanto, que mi reseña-opinión les parecerá irreal.
En fin, les prometo que me contuve con el veneno que tenía por soltar sobre esta obra. Diré, eso sí, que puede que le dé otra oportunidad a la señora Steel, pero donde llegue a averiguar que es sus otros libros destilan la misma «bobada encierra masas», me retracto de esto recién escrito, y le declararé mi eterno rechazo.
2/5 Hoshi
Como siempre, con cariño,
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